Mis consejos para cuando prepares tu viaje a NY.
1. Ponte en forma. Tienes que entrenar especialmente piernas -las necesitarás fuertes para patear Manhattan- y muy mucho cervicales. Sí, aquí se machacan las cervicales de tanto mirar al cielo, que es en realidad donde está NY.
2. Avituallamientos:
– Beve agua del grifo, que no estamos para invertir los dólares donde no es necesario. (Recuerda, estás en la ciudad de la 5ª). Por un botellín de agua pequeña te pueden pedir de 1 (las menos) hasta 4$. Tú mismo.
– Al medio día, no te sientes a comer. Es un tema de tiempo y dinero. Es la ciudad de los puestitos callejeros. Lo más adecuado: hot dogs (2$) y plátanos (3 por 1$, a Fabio no le gustan). Puedes encontrar cosas más sofisticadas, pero entonces estropeas la variable del dinero, y lo vas a necesitar para cenar, sentado y con las articulaciones de tus piernas haciendo crig-crig.
3. En cualquier museo, antes de comprar los tícekts haz lo siguiente: en primer lugar trata de entrar sin más, si esto no funciona, pregunta en taquilla si puedes hacer una donación (en lugar de pagar la entrada), y si tampoco funciona, pues paga el ticket y para dentro. Nuestra experiencia ha sido:
– Museo de historia natural: nos costaba 59$, hicimos una donación de 30, y todos dentro. Nos lo ofreció la taquillera sonriendo.
– Metropolitan, entramos, sin más. Para ello adelantamos por fuera toda la cola de turistas ante las taquillas. Raros, estos americanos.
– Memorial, en la Zona cero, nos pedían 15$ por persona para entrar a una exposición y al memorial. No, thanks, la exposición cerraba a los 15′. Al pasar por delante del Memorial se nos ocurre hacer como que entramos. ¿Tienen los tíquets? nos preguntan en la entrada. Pues no. Y en estas que el mismo señor nos entrega 4 tiquets, y nos deja pasar. Raros es decir poco.
4. Buenas noticias para todos: podéis dejar de querer aprender inglés. También en NY puedes ir a todas partes hablando español.
5. Llévate tapones para los oidos. NY sufre de un rumor sordo y contínuo, de una mezcla espesa de ruidos que empapan el aire, día y noche. Asombroso. ¿Cómo pueden soportarlo los vecinos? Pero, ¿alguien vive allí, además de los turistas?
6. No te preocupes si realidad y ficción se te confunden: bienvenido a todos los filmes que has visto, a tantos cómics, a cantidad de personajes conocidos, a tantas ambientaciones vividas… es la ciudad del «dejà vu» y donde todo te suena.