La primera impresión al salir de paseo por NY para buscar algo donde cenar, a las 12 de la noche, es que esta es una ciudad impresionante, pero que engulle a mucha gente. Supongo que debo explicarme.
Llegamos aquí un lunes por la noche. Salimos del hotel que son más de las 12 para buscar algo donde cenar. Y las calles están vacías, montones de bolsas de basuras apiladas a lo largo de las aceras, pero he dicho montones, a la americana. Ya sabéis que aquí todo es a lo grande.
En algunos portales hay mendigos durmiendo. En los parques también hay personas echadas en los bancos, o sentadas en sillas, esperando que se les pase la noche. Están ahí juntos, pero no se dirigen la palabra.
Nos cruzamos con una mujer muy alta, muy pintada, muy vestida… es un travesti cabizbajo y cansado.
Entramos en un local de comidas que abre las 24 horas, es tipo selfservice. Todo parece bastante miserable. En el fondo, en las mesas, una pareja de hispanos se toman una cerveza mientras discuten.
Nuestro hotel está en el Midtown, entre el Empire State y la Estación Central, a un paso de Times Square, a otro de las Naciones Unidas, a tocar de la Madison Avenue y de la 5 Avenida. Aquí, no hay que mirar hacia abajo, el espectáculo está arriba.
Bienvenidos a NY.
bravo por vuestro viaje y gracias por estos comentarios y tambien por las simpaticas fotos algunas de ellas muy apetecibles.la mascote megagenial.un abrazo a los quatro.
Allô Eva!!
Ya lo ves, viajando, como en los viejos tiempos.
Y no se lo digas a Laurita, que ella es muy puesta, pero llevo la misma mochila de entonces.
Besos a todos!